Spotify es mi mayor recurso a la hora de conocer la música mainstream que más lo peta a nivel nacional e internacional. Gracias a la sección “Novedades” se pueden escuchar grandes perlas que hacen a uno tener ganas de darse cabezazos contra la pared hasta que el hormigón se amolde al cráneo, pero también podemos escuchar muestras de música popular que son bastante entretenidas y de una calidad notable. Nunca he renunciado a escuchar pop por ser “pop”.
Mi sorpresa fue enorme cuando el otro día estaban todos allí,
en la misma página: Paulina Rubio, La Oreja de Van Gogh, Avril Lavigne, Jason
Derulo, Shakira… Y entonces llegan mis instintos suicidas, que me proponen un
reto: alejar los prejuicios y escuchar todas estas muestras musicales e
intentar analizarlas desde el lado más objetivo posible. Tras el citado
experimento, si por mí fuera, no quedaría una sola pared en pie.
Empecemos por el cantante al que más le gusta su nombre:
Jason Derulo. Este es el mainstream más rancio y más casposo con el que uno se
puede encontrar. Bases machaconas, letras dignas de 3+2 (ojo, el Derulo dice de
su “It Girl” que es “much more than a Grammy award”), temas destinados a romper
las listas sin ninguna pretensión musical y artistas que son todos un calco el
uno del otro (Derulo, Taio Cruz, Iyaz, Usher y demás carne de futuras
colaboraciones con Guetta).
Aún así, como ya he dicho, me dispuse a escuchar se nuevo
disco “Future History” e intentar analizarlo. Resultado: no hay ningún tema
destacable que no hayamos escuchado ya, pero sí que hay algunos que ponen los
pelos de punta. A destacar, todos los momentos en los que el cantante decide
empezar cantando su nombre con acento sexy (“Ouuhh yeaah Jason Deruloo”)
y sobre todo, la espeluznante “Be Careful”. Cuando el Derulo intenta ir de
profundo consigue parir un corte digno de los primeros discos de Christina
Aguilera. Dejo para el final “X” del que solo diré lo siguiente: “I Am Still In Love ,
Love, Love, Love, Love, Love With My Ex”. Pues eso.
Producción muy cuidada y muy internacional para arrasar en ventas y en los 40,
pero que no pretendan vendernos a un artista serio porque no cuela.
Para
terminar la primera parte de estas entradas dedicadas al mainstream casposo
toca hablar del último single de la ¿cantante? Paulina Rubio. Y voy a decirlo
así claramente para saber a lo que nos enfrentamos: no he escuchado semejante
mierda jamás. Lo de Derulo tiene su pase para bailar en una discoteca hasta
arriba de gintonics o cualquier otra sustancia estupefaciente, pero lo de la
mexicana no tiene nombre. Intenta hacer una mezcla de su género casposo de
canción del verano uniéndolo a algo parecido a Pitbull con unos coros
interminables y ametralladores que rezan “Oeoeeeo, oeoeeeo”.
El
resultado es una auténtica bazofia. Un tema así tiene como principal pretensión
hacer bailar a la gente en alguna pista, pero no consigue ni eso. Lo peor es
que la canción es de una simpleza tan palpable que uno siente que le están
tomando el pelo y que esto no puede ser algo serio. Y la letra… ay la letra.
Mejor dejo aquí la canción y juzgáis vosotros mismo.
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