viernes, 23 de septiembre de 2011

Lapislázuli: manufacturando una joya desde cero


Carmen Boza es una artista que anda por ahí, de sala en sala, tocando lo mejor que puede y sin hacer demasiado ruido fuera de ese mundo tan selecto. Aún así, una vez que la escuchas quedas prendado de su talento, de su voz y de su magia. Le predije un gran futuro, y así va a ser. Prueba de ello es el lanzamiento de una joyita que ha ido manufacturando desde cero, desde aquel “Magia” hasta ahora.

No me canso de alabar a esta señorita, y ahora ya está aquí. Tras cuatro meses de trabajo ya tenemos en formato digital el EP de Boza, “Lapislázuli”. Llevábamos tiempo siguiendo sus pasos desde su blog, donde iba colgando vídeos e informando sobre la producción de esta pequeña obra de arte que ahora ha publicado. Y reconozcámoslo: Boza ha parido un EP simplemente cojonudo. Tenía bastante miedo respecto al resultado final; un artista que tan bien suena en acústico puede estropearse con la producción y los matices que se le dé a determinados temas, que piden intimidad, cuidado y respeto por los pequeños detalles (como lo son la mayoría de sus canciones). Pero no ha sido así, y la dedicación en pulir cada vértice del proyecto ha sido absoluta, quedando los cinco pedazos que componen el EP perfectamente hilados y compuestos.


Empezamos con “Dos puntos sobre O” (o “Ö” como se hace llamar gráficamente). Desde el principio ya podemos adivinar por dónde va a tirar el resultado, y las impresiones no pueden ser mejores. Tanto guitarras como bajos suenan genial, y la voz de Boza sorprende tremendamente en la versión de estudio. Mención especial al estribillo y a los coros que ella misma hace. Un sobresaliente como una casa para este corte.

Le sigue “El Ejército” (…”de los catadores de Sión” en su versión inicial). Y aquí sí que se deja ver toda la esencia de Boza. Guitarra y voz empastadas perfectamente para hacer estremecer. Siendo esta una de sus mejores canciones (por no decir la mejor), el resultado vuelve a ser simplemente sobresaliente. Esos “Uuuu” enamoran.

Con “Fisiones Nucelares” (referencia a Los Simpsons incluida) el EP sube de nivel, y se nos muestra a una artista que poco tiene que ver con esa de las sesiones de El Búho Real. No por ello deja de ser magnífica, y he aquí otra joya más. Aunque, si se me permite ser picajoso, puede que este sea el tema que menos me ha convencido del conjunto final; es genial, pero creo que se le podría haber sacado más miga al material. Porque potencial, haberlo haylo.

En cuatro lugar encontramos “Cuatro Traste”, que pasa ahora a llamarse “Sirenas”. Si no nos habíamos enamorado ya de su voz, los primeros segundos de este cuarto tema harán que caigamos simplemente rendidos a sus pies. Poco más que decir, uno de mis temas favoritos de todos los que haya compuesto y publicado.

Pero Román y Boza no son tontos, y nos han dejado lo mejor para el final. Como quien se come el Bollycao y encuentra el chocolate al fondo, este tema se presenta como el mejor y el más cuidado de todo el EP. “El pequeño vals sin título” se hace mucho más apetecible en esta versión de estudio que en directo, cosa de la que pocos artistas de este tipo pueden presumir. Aquí se ha pulido cada detalle al máximo, y no hay ni un solo elemento que desentone en sus 4 minutos de duración. Redondo, simplemente redondo. Cojonudamente bueno.

Con un final así, la sensación que deja “Lapislázuli” es de estar ante algo grande, ante algo muy grande. No creo que Carmen tarde mucho en obtener el reconocimiento que merece y va en camino de convertirse en un verdadero animal musical.



Es una verdadera pena que artistas así queden escondidos detrás de multinacionales y calcos zafios que hacen llamarse artistas. Es una verdadera pena que Boza solo pueda producir (autoproducir) 500 ejemplares físicos de esta joya. Pero es un honor que ella nos traiga su música y haya hecho el esfuerzo de que nos empapemos con ella. Es un verdadero honor haberla visto fabricar esto con tanto empeño; es un verdadero honor haberla visto manufacturar este “Lapislázuli” y, personalmente, tremendamente gratificante haberla seguido desde sus inicios.

La versión digital se puede adquirir ya desde aquí por 3 euricos de nada. Para la edición física (limitada a unas 500 copias como ya he dicho) debes ir a un concierto suyo y pagar 8 euricos. Ella promete que va a recorrer todas las esquinas del mundo para repartir este formato, aunque dudo bastante que se pase por Zaragoza de aquí a poco tiempo. Aún así, la estaremos esperando.

PD: Por cierto, grata sorpresa encontrárnosla en el Arenal Sound Festival junto a los caffeinos.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Las desgracias nunca viene solas: mainstream casposo (I)


Spotify es mi mayor recurso a la hora de conocer la música mainstream que más lo peta a nivel nacional e internacional. Gracias a la sección “Novedades” se pueden escuchar grandes perlas que hacen a uno tener ganas de darse cabezazos contra la pared hasta que el hormigón se amolde al cráneo, pero también podemos escuchar muestras de música popular que son bastante entretenidas y de una calidad notable. Nunca he renunciado a escuchar pop por ser “pop”.

Mi sorpresa fue enorme cuando el otro día estaban todos allí, en la misma página: Paulina Rubio, La Oreja de Van Gogh, Avril Lavigne, Jason Derulo, Shakira… Y entonces llegan mis instintos suicidas, que me proponen un reto: alejar los prejuicios y escuchar todas estas muestras musicales e intentar analizarlas desde el lado más objetivo posible. Tras el citado experimento, si por mí fuera, no quedaría una sola pared en pie.

Empecemos por el cantante al que más le gusta su nombre: Jason Derulo. Este es el mainstream más rancio y más casposo con el que uno se puede encontrar. Bases machaconas, letras dignas de 3+2 (ojo, el Derulo dice de su “It Girl” que es “much more than a Grammy award”), temas destinados a romper las listas sin ninguna pretensión musical y artistas que son todos un calco el uno del otro (Derulo, Taio Cruz, Iyaz, Usher y demás carne de futuras colaboraciones con Guetta).



Aún así, como ya he dicho, me dispuse a escuchar se nuevo disco “Future History” e intentar analizarlo. Resultado: no hay ningún tema destacable que no hayamos escuchado ya, pero sí que hay algunos que ponen los pelos de punta. A destacar, todos los momentos en los que el cantante decide empezar cantando su nombre con acento sexy (“Ouuhh yeaah Jason Deruloo”) y sobre todo, la espeluznante “Be Careful”. Cuando el Derulo intenta ir de profundo consigue parir un corte digno de los primeros discos de Christina Aguilera. Dejo para el final “X” del que solo diré lo siguiente: “I Am Still In Love , Love, Love, Love, Love, Love With My Ex”. Pues eso. Producción muy cuidada y muy internacional para arrasar en ventas y en los 40, pero que no pretendan vendernos a un artista serio porque no cuela.

Para terminar la primera parte de estas entradas dedicadas al mainstream casposo toca hablar del último single de la ¿cantante? Paulina Rubio. Y voy a decirlo así claramente para saber a lo que nos enfrentamos: no he escuchado semejante mierda jamás. Lo de Derulo tiene su pase para bailar en una discoteca hasta arriba de gintonics o cualquier otra sustancia estupefaciente, pero lo de la mexicana no tiene nombre. Intenta hacer una mezcla de su género casposo de canción del verano uniéndolo a algo parecido a Pitbull con unos coros interminables y ametralladores que rezan “Oeoeeeo, oeoeeeo”.


El resultado es una auténtica bazofia. Un tema así tiene como principal pretensión hacer bailar a la gente en alguna pista, pero no consigue ni eso. Lo peor es que la canción es de una simpleza tan palpable que uno siente que le están tomando el pelo y que esto no puede ser algo serio. Y la letra… ay la letra. Mejor dejo aquí la canción y juzgáis vosotros mismo.


domingo, 11 de septiembre de 2011

Hay vida después de "Friday Night Lights"



Esto de los gustos y los fanatismos es como todo, tiene sus niveles. Ahí están aquellos que compran entradas para un concierto por disfrutar de la música, con sus cubatas implícitos y sin más pretensiones que pasarlo bien. Y también tenemos por ahí a ese grupo de gente que corre, pisotea, mata si hace falta, por ver a lo que sea que tenga que ver (a las pruebas me remito). Y más allá, a lo lejos, al fondo muy al fondo, estamos mi admiración por Friday Night Lights y yo.

Ya he dicho todo lo que pienso de la mejor serie de televisión de los últimos años, y aunque costó, hubo que decirle adiós. Le dije adiós de la mejor de las maneras, con ese capitulazo que supuso “Always”. Un punto y final precioso e inmejorable a la historia de un pueblo, a la historia de todos esos personajes que nos robaron el corazón.

Para mi sorpresa el punto y final se fue convirtiendo en punto y seguido cuando descubrí que el productor ejecutivo de la serie, Peter Berg, confirmaba las intenciones de realizar una película. Nada tendría que ver ésta con aquella que se realizó en 2004, y partiría del final que nos dieron los Taylor. No sé si es buena idea tocar algo que fue tan bueno, pero nadie puede negarse a regresar a Dillon. Solo un poquito más.

Mientras tanto, los actores que se pusieron en la piel de los habitantes del municipio Texano siguen aquí y allá con sus pinitos en cine y tele. Que si Wonder Woman, que si investigador en The Good Wife, que si Jhon Carter, que si poli en una de JJ Abrams… Parece que no les va mal. Y a la que no le va nada, pero que nada mal, es a Connie Britton. A la espera de ver si recibe o no el Emmy como mejor actriz dramática (nominado también el “Coach” en la categoría masculina), estrenará este próximo 5 de Octubre uno de los productos televisivos más esperados al otro lado del charco: “American Horror Story”.



Casa encantada, mal royito, nuestra Tamy y otros actorazos llegan de la mano de Ryan Murphy, quien está detrás de Nip/Tuck y Glee, para desembarcar en FX al mes que viene. Pocas son las cosas que se saben de la trama, pues los críticos que ya han tenido el honor de ver el piloto afirman que la sinopsis oficial que se dio solo es válida para los primeros diez minutos.

Después de muchas promos inquietantes y tremendamente rarunas, por fin pudimos ver el cartel promocional y un trailer en condiciones, que tampoco revela mucho la verdad, pero por lo menos se mostró ya a los protagonistas y por dónde irán los tiros.

Yo ya estoy aquí, cambiando mi pañuelo de lloros por las palomitas, para poder disfrutar de nuevo con Connie Britton y de su brillantez, asumiendo que aunque cueste, hay vida después de Friday Night Lights.